Diario de Diana 7 de Febrero


La verdad esto empieza a parecerme una tontería. ¿Qué voy a escribir hoy? ¿Otra vez lo mismo?
En realidad es que, en la vida de una persona, pasan pocas cosas. Pero, bueno, he dicho que lo haría y lo haré. Así que a ver, que puedo poner hoy aquí…
Si, ya sé, mientras estaba en la oficina, una compañera me ha dicho que tenía ojeras. Le he dicho, riendo que mi marido no me dejaba dormir con sus ronquidos y me ha dicho: ¿ah, sí? ¡Pues eso es motivo de divorcio!
Me ha dejado pensando. No sabía que aquí hiciera falta un motivo para divorciarse, queda muy americano. Pero, eso me ha llevado a preguntarme si habrá gente que se divorcia por los ronquidos. La verdad, es que es insoportable. Últimamente, cada vez más, acabo durmiendo en el sofá. Pero lo peor, es que me parece una injusticia. El que ronca es él y la que tengo que dormir fuera de mi cama soy yo. Además, se enfada cuando se lo digo. Lo cierto es que no hay derecho. No me extraña que la gente se divorcie por eso.
Ahora mientras lo escribo, noto que me voy encendiendo. No es justo que se enfade, no es justo que ronque y no es justo que se enfade porque estoy cansada.
En realidad, ¿me quiere? Yo creo que si se quiere a alguien se desea lo mejor para él. Y, desde luego, lo mejor para mí, no es lo que él hace.
¿Y yo? ¿Le quiero?
¿Por qué me hago estas preguntas?
¡¡Y sigue roncando!!

Míralo, él durmiendo tan tranquilo y yo aquí, escribiendo este estúpido diario. Mañana no me podré mover. La vida es un asco. 

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