Hay personas que no se levantarían de la cama. Si lo hacen,
es por fuerza de voluntad.
Se levantan por la fuerza de voluntad, comen por la fuerza
de voluntad, van a trabajar por fuerza de voluntad, hacen las tareas de la
casa, los niños, etc., por fuerza de voluntad…
Aquello que era cada día un acto heroico para seguir
viviendo, para cumplir con su deber, un día falla. Simplemente, parece que, de
repente, la fuerza de voluntad ha dejado de existir.
Ese día, incapaces de levantarse, llaman al trabajo para
decir que tienen alguna enfermedad que se acaban de inventar y se quedan en la
cama, pensando que solo necesitan descansar un poco.
Ese día se quedan durmiendo.
Le cuentan a su
familia, lo mismo que a la empresa. Solo necesitan descansar un poco.
Duermen todo el día….
Pero el día siguiente, cuando suena el despertador, no se
notan descansados, como ellos hubieran esperado. Irónicamente, están todavía
más cansados que el día anterior.
Bueno, piensan, descansaré un día más.
Ese día ya no pueden dormir. Tras tantas horas de descanso,
el sueño no acude inmediatamente, sino que, durante todo el día, dormitan a
ratos, en un extraño duermevela, en donde alternan sueños con realidad.
Alternativamente, sus fases de sueño se llenan de pesadillas. Se caen por un precipicio, quieren subir una montaña y ésta desaparece bajos sus pies, quieren gritar y no pueden.
Así pasa el segundo día y la segunda noche.
El tercer día, vuelven a hacer acopio de toda su fuerza de voluntad y se levantan para ir al trabajo.
Su día es una pesadilla. No se centran en el trabajo y cometen errores. Sus compañeros, algunos les preguntan si se encuentran bien, mientras otros esbozan una sonrisa maliciosa. Ellos dirigen de soslayo una mirada al jefe, de cuando en cuando, para ver si se le ve muy enfadado. La jornada se hace muy larga.
En casa, las cosas no son mucho mejor. Los hijos les molestan. Su pareja les agobia. Las cosas que no han hecho en dos días, permanecen sin hacer…
Tendrían que echar mano de su fuerza de voluntad, pero se sienten incapaces, así que se van a dormir y mañana será otro día.
Es el comienzo de algo que unos llamarán depresión, otros agotamiento nervioso, estrés, etc., y podrá terminar siendo depresión crónica, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica o cualquier otro nombre que, algún médico bienintencionado le quiera dar a lo que sea que tengan estas personas.
Esta es una historia ficticia claro. Ni el personaje, ni la historia que va a narrarse, existen en realidad. Y, sin embargo muchas personas se verán reflejadas.
He escogido que el personaje sea una mujer, simplemente porque, por estadísticas, hay más mujeres que hombres, que conviven con una situación como esta y porque cada día, conozco mujeres que me explican una historia parecida.
En mi opinión, como iremos viendo, cuando esta fase se desencadena, ha habido toda una serie de cosas antes que han pasado desapercibidas en el transcurso de la vida diaria. Emociones dando la voz de alerta que no han sido escuchadas, hasta que nuestro Yo, no sabiendo que más hacer, ordena al cerebro, provocar malestares físicos.
No quiero decir, como muchos, que no existan las enfermedades físicas. Existen. Pero… en mi modesta opinión, las personas felices, no enferman.
Alguien me dirá que eso no es completamente verdad y yo le responderé que no todo es lo que parece.
Nos meteríamos en una discusión en la que los dos y ninguno llevarían la razón. Por eso, escribo este diario. Para dar en que pensar a todas aquellas personas que se sientan identificadas. Para ayudarlas a que se planteen algunas cosas de sus vidas. Para que piensen en si lo que están haciendo, correcto o no desde el punto de vista de la sociedad, es lo que más les conviene. Si es lícito o no que continúen como están y se dejen poner la etiqueta de enfermos, como justificación a la vida que, quizás no desean vivir como lo hacen.
No es un relato triste o deprimente, sino que es o pretende ser un empujón de ánimo hacia el planteamiento vital y la aspiración a la felicidad.
Espero, queridos lectores, que esto sirva de acicate para un “despertar” sea este de la índole que sea. Entonces el objetivo estará cumplido.
Me ha impresionado encontrar esta página, este diario. Nunca había leído algo en lo que me reflejara absolutamente. Voy a seguir leyendo, ojalá me ayude. Gracias.
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